jueves, 25 de abril de 2013

Entrar a otro mundo.


El día de hoy desperté gracias a Dios.
Tuve un alimento de desayuno
llegue con bien al trabajo.
Estoy tan agradecido por esas cosas
que son tan rutinarias en la vida
que a veces parece algo normal.
Y no, no lo es, cada día es especial
cada día tiene su toque.

Hoy puede ver finalizado
un proceso de conceptualización visual
que realicé para un evento importante
aquí en el D.F.
Fue algo muy gratificante ver el trabajo
de semanas al fin realizado.
Pero también fue difícil ver tanto lujo,
ver tanto dinero invertido en un evento
que acabaría en 5 horas.
Un Menú de cuatro tiempos, copas de cristal,
joyas, en fin...lujos.

Cuando acabe las revisiones que me asignaron en el evento,
nos fuimos a la oficina.

El compañero con el que iba me dijo que nos trasladaríamos en autobus.
Cuando subí al autobus fue entrar a otro mundo.
Venía del lujo a la austeridad, al D.F. de personas trabajadoras, a las caras de sueño por las horas de tráfico.
Venía de un mundo para entrar a otro, que contrastes tan tristes.
Pero esto es el D.F., un mundo de ironías.

Lucho día a día porque estas ironías
no me vuelvan indiferente.
No dejaré de agradecer a Dios, a esta vida,
y a la gente que me ha apoyado.
Porque todo, absolutamente todo es bendición.
Hasta lo que etiquetamos como "malo" es bendición y nos enseña. Es nuestra tarea aprender.

¡Gracias siempre!

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