lunes, 10 de noviembre de 2014

Mi carta de renuncia.

Me voy de ésta oficina porque no sé estar encerrado, quiero volar más alto y conocer diferentes cielos. Me siento afortunado por la oportunidad de trabajo que me ha brindado cada empresa en la que he estado, pero no puedo pasar mis días sentado en un silla.
Quiero escribir historias y convertirlas en canciones, quiero poder salir a caminar y tomar una taza de café en el balcón cuando yo quiera.
He conocido personas maravillosas que me han enseñado mucho, personas que me han impulsado a seguir mis sueños y a poner esfuerzo y atención a cada detalle.
No se que me depare el destino, sólo quiero quiero más de la vida, quiero conocerme, llenarme de momentos, viajes, escribir canciones que queden plasmadas en la eternidad.

Renuncio porque en mi espalda han renacido dos alas que me invitan a volar a lugares desconocidos. No me pienso detener porque buscar hace la felicidad, porque sufrir enseña a amar y caer te da la oportunidad de levantarte y comenzar de nuevo. 
Pareciera que en esta oficina la libertad es una utopía, misma que yo he vivido y a la que no pienso renunciar. Respeto a las personas que pasan horas en una oficina, se van tarde, llegan temprano y eso hacen gran parte de sus vidas. Eso también requiere valor, tiempo, esfuerzo y amor. Después de todo, trabajar en una oficina no es algo malo, tal vez esa sea su libertad, muy diferente a la mía. 

Me voy porque necesito irme, porque no me quiero acostumbrar a estar sentado y no volar.






sábado, 20 de septiembre de 2014

Mi experiencia al impartir mi primer taller de composición empírica de letras para canciones.

La experiencia que tuve con el primer taller que impartí, en cuanto a composición empírica de letras, fue muy nutritiva para el alma.

Me hizo ver y sentir varias cosas.
Primero, que hay un talento enorme en esta hermosa Ciudad de México. Que hay personas tan ávidas de saber, que te escuchan, que se conectan con tu alma para llegar a un fin común, que es aprender y sentir. Me volví a dar cuenta que todo lo que se escribe, todo lo que se dice, el como nos expresamos, son secuelas de nuestras experiencias, de nuestros anhelos, de lo que somos y lo que queremos llegar a ser.
No es malo hablar contar nuestras historias, compartir un poco de nuestro dolor o felicidad, al contrario, mientras más soltemos lo que llevamos dentro, más nos volveremos a amar.
Cada palabra que se escribió fue resultado de un desprendimiento de un pedacito de nosotros.
Pero por más que queramos expresar nuestro sentimiento en palabras, nunca describiremos la totalidad de lo que sentimos, simplemente nos acercaremos un poquito a lo que siente nuestra alma.

Fue una gran dicha dar este curso y quedarme con instantes eternos.

Gracias a mi hermano Rodolfo, que me impulso a seguir escribiendo en este blog.

miércoles, 23 de abril de 2014

¡Arriba Tampico!

Llegar a mi ciudad y saber que esta pasando por una situación muy complicada, es realmente triste.

Tampico, era un puerto muy tranquilo, en donde todos decían que no había nada que hacer.
Era una ciudad "aburrida", pero en realidad, como extraño ese Tampico.
Esas madrugadas en donde podíamos regresar a nuestras casas a las 4:00 a.m. sin ningún problema, esas noches en las que podíamos llevar serenatas, o simplemente estar sentados afuera de la casa de algún amigo, ahora, ni en el día es seguro salir.

No vengo a amargarte con un texto depresivo.
Sólo quiero decirte a ti, que eres de Tampico-Madero-Altamira... que NO TE GOBIERNE EL MIEDO. No dejemos de hacer cosas tan simples como ir a la tienda, ir a visitar a una amigo, ir a cenar, jugar en el parque, reunirnos en familia. Estoy consciente de que hay que tener precaución, y no exponernos; se que ha habido semanas en las que estas "personas" hacen casi imposible ir a la escuela o al trabajo, esto es verdaderamente triste.
En fin, hay que vivir, pero también hay gente que nos quiere y siempre nos espera en casa, por eso hay que cuidarnos. Pero no hay que dejar que NOS GOBIERNE EL MIEDO.

Fuerte abrazo.




domingo, 16 de marzo de 2014

Aún quedan cosas por cumplir...

Estamos los dos, solos, caminando,
hacía algún lado.
Rodeados de distintos paisajes,
de bellos momentos y adversidades,

de miedos y valentía,
de alegrías y humildes tristezas,
de bendición y bendición
(porque en ningún momento hay maldición),
de dolor, de ese dolor del que se aprende.
Veo que estamos inmersos
en un paisaje de esperanza,
en donde parece que la historia
apenas comienza.
O tal vez es una escena de olvido,
en donde en cualquier momento
nuestros caminos se separan.
Pero el corazón se rehusa
porque tu recuerdo esta latente,
por tus labios ausentes,
toda tú, me has enseñado
algo eterno: el amor.
Estamos solos, adentrándonos
en ese paisaje que tus manos pintaron.
En donde dejaste una pincelada con toda tu alma,
que me quería decir algo; era como tu voz
pintada de algún color diciéndome:
Aún quedan cosas por cumplir.