lunes, 18 de febrero de 2013

Mientras dura el café.


No hay porque temer
cuando tienes una taza con
café en tus manos
El tiempo se vuelve tuyo
y poco a poco, a medida de
tus sorbos, se va acabando. 
Se acaba si tú quieres, permanece si tú quieres.
No depende de tu día, ni de tu
rutina. No depende del estado
del tiempo, ni de las prisas.
Unica y exclusivamente depende de tus sueños.
De esos sueños que comienzan y terminan, mientras dura el café

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