sábado, 19 de octubre de 2013

Nunca le entregues el corazón a una mujer

Ayer escuche que un señor decía...
"Nunca le entregues el corazón a una mujer".


No se, pienso lo contrario.
Creo que no hay mejor lugar
para guardar mi corazón
que el de una mujer que me ama
y da una parte de su tiempo,
de su pensamiento para cuidarme a mi.

La soledad por su parte
también es un buen sitio
para guardar mi corazón.
Porque en la soledad me conozco,
en la soledad escribo,
en la soledad canto,
en la soledad me equivoco y vuelvo a comenzar,
en la soledad lloro unos cuantos ríos
y nadie me dice nada.

Pero aunque la soledad
me regale estos bellos instantes,
me basta un abrazo de ella
para entregarle mi corazón.

lunes, 7 de octubre de 2013

Las despedidas son normales

¿Porqué llora señora?
este no es un buen lugar
para mostrar sus sentimientos

Las despedidas son normales
y a veces se vuelven de rutina.
Alguien se va, alguien se queda
y todo sigue su curso,
pero el amor permanece.

No llore señora,
algún día lo verá de nuevo, tal vez.

No se preocupe por el futuro,
si se cruza de nuevo en su camino,
si el destino los junta,
si Dios los coloca como jaque mate en un juego de ajedrez,
será por un motivo muy grande.

No llore señora,
porque me va a hacer llorar,
y hoy no tengo el corazón listo.

jueves, 3 de octubre de 2013

Arriésgate en cada instante

Equivocate para aprender,
no pases de largo tus errores
equivocate para aprender,
que la vida es una
y mañana no estaremos.


Arriésgate en cada instante
de tu vida para hacer el bien,
para amar con todo el corazón.

La gente va a murmurar detrás de ti,
siempre habrá alguien criticándote,
diciéndote que su camino es el correcto,
que lo que hagas tú, no está bien.


Esfuérzate en cada instante,
regálale los latidos más fuertes de tu corazón
a esta vida, a Dios, a la naturaleza, al universo.

No te rindas, 

descansa un poco, 
pero no te rindas,
decide luchar, ser feliz.










martes, 1 de octubre de 2013

Por dentro lloraba.

Lo conocí en Cuauhtémoc.
De principio parecía una persona
con un semblante de rutina.
Cansado, pensativo, ido.
Después de unos segundos 
sus quijadas apretaban fuerte,
su boca se fruncía
y sus ojos se esforzaban por no llorar

Ese sentimiento que el estaba teniendo 
en ese momento, ya la conocía.
Sé como se siente esa presión en el pecho,
esas ganas de gritar 
y salir corriendo a donde sea.
Se sufre tanto cuando quieres llorar 
y hay tantas personas a tu alrededor, 
que no les interesa en lo más mínimo tus sentimientos.

Lo despedí en Balderas,
lentamente lo vi alejarse
y sé que por dentro lloraba.